El cielo llora. Como un niño pequeño al que no le dejan dormir, iluminado constantemente por las luces de Manhattan. La lluvia disuelve la polución del aire, provocando una terrible pestilencia en las calles. Los reflejos de las luces de navidad destellan reflejándose en las gotas, y melodías monótonas acompañan el constante ruido de la ciudad. La gente se pasea por las calles con una máscara de felicidad que se basa en el consumismo de las fechas navideñas. Y yo me mofo.
Observo a una familia desde la azotea de mi cutre piso. El padre, la madre y sus dos niñas bien vestiditas. Puedo percibir que los padres pasean por pasear. La pareja observa a sus dos criaturas, cómo se ríen juntas y caminan pegando saltitos de alegría. Probablemente, les comprarán algún juguetito navideño barato de cuyo anuncio sale cada dos por tres en la televisión, esa caja demoníaca. Por dos segundos, los padres, se miran intercambiándose una mirada de afecto.
Desvío la mirada hacia un tipo disfrazado de Papá Noel ofreciendo tarjetitas de algún hotel, restaurante o cualquier servicio al gentío. Cada vez que ve pasar a cualquier alma a su vera, aproxima su brazo con la tarjetita y, como de costumbre, ésta le rechaza. Es triste.
Retiro el paraguas. Por un momento me apetece sentir el agua en mi cara y llorar con ella al son de la música.
La puerta chirría sonoramente, mientras unos pasos se acercan chapoteando sobre el suelo empapado, interrumpiendo mis pensamientos.
- ¿Puedo preguntarte qué coño haces aquí?
Le ignoro. Se aproxima un poco más a mí. Me cubre con su paraguas mientas mira el mío tirado en el suelo.
- En serio, te estás empapando y hace frío. Te constiparás. - me dice esta vez con un poco más de delicadeza.
Se trata de Cedrick, mi compañero de piso. Es entusiasta, efusivo, atento y, por todo ello, muy agobiante. Aún así, su sinceridad y espontaneidad hacen que sea la única persona que soporte en estos momentos.
- ¿Por qué has subido tú, entonces?
- Para buscarte, tonta. - me sonríe mientras me alborota el pelo cariñosamente -. Sé, aunque desconozco tus razones, que eres una sociópata sin remedio que odia este mundo infernal y que las navidades te deprimen. ¿Pero es motivo suficiente para que te suicides con una pulmonía? Casi mejor, tirarse del edificio. Sería más rápido, ¿no? - comenta con su sátiro humor -. …Ni se te ocurra hacerlo.
- Anda, vamos adentro.
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Hi, esta es una historia que estamos escribiendo Bells y yo. Por el momento no tiene título (no encontramos uno adecuado), pero ya llegará.
Para opinar, hemos creado un tema aparte, para que a la hora de leer no se tenga que ir buscando la historia entre los demás mensajes, sino que la tengáis de un tirón aquí. Gracias ^^
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